Era popeye al cuadrado.


El bus partía raudo hasta Talcahuano, la visita al huascar estaba encima, cosa que no pudo ser, gracias al viento y a la insistente lluvia que había, pero a pesar de ello, salimos a fotografiar la rada, insistí varias veces en que no afearan el entorno, los cañones por si solos eran hermosos, pero al tener a un sujeto(a) al lado, eran pedazos de fierro inertes y pintados, el arte se extinguía con alguien a su lado, arriba y abajo, pero a pesar de ello, fue lindo ver las zapatillas todas mojadas de todas las formas físicamente posibles.
Fue divertido ver como las mujeres enanas acosaban a los marinos que caminaban y hacían guardia, el dato friki de esta visita.